Técnicas complementarias
Un nuevo método de acupuntura, racional, basado en zonas, dermatomas y nuevos puntos de acupuntura con potentes efectos. Se trata de una técnica con respaldo docente y científico en todo el mundo, avalado por más de 35 años de investigación y práctica profesional, que brinda resultados constantes.
De aplicación inmediata, permite un abordaje complementario en la práctica diaria de cuadros dolorosos agudos y crónicos osteoarticulares (como vértigos, epicondilitis, canal Carpiano, lumbalgias, ciáticas, tendinitis, calcificaciones, espondilitis…) y viscerales (herpes, sofocos, sinusitis, acúfenos, asma, dismenorrea, mastitis, cistitis, colitis, obesidad, migrañas…), utilizando para ello puntos periféricos específicos.
Nacemos con un capital heredado de nuestros antepasados y de la propia evolución de la especie. A partir del embarazo y durante el resto de nuestra vida nos adaptamos al entorno. Esas adaptaciones causan retracciones en las cadenas musculares y articulares que cambian las curvaturas fisiológicas y sacan las cadenas articulares de sus ejes, modificando la armonía y la eficacia de los gestos y ocasionando un exceso de consumo energético.
Esto nos provoca cansancio, debilidad, artrosis y otros dolores que inician un círculo vicioso de compensaciones e hipertonía muscular que afecta a todo nuestro organismo. Toda zona corporal depende y se relaciona con el resto del cuerpo en gran medida gracias a la solidaridad de los músculos organizados en cadenas.
Esta terapia (también conocida como Método Mèzieres) remonta la cadena de las compensaciones en el cuerpo para encontrar su origen. El tratamiento se realiza mediante posturas de estiramiento para relajar y alargar las cadenas miofasciales en retracción, descomprimir las articulaciones y ajustar la postura liberando la respiración. Es un trabajo global que requiere la participación del paciente y recurre al uso de técnicas de masaje, neuromusculares, fasciopraxia y movilizaciones.
La fascia sujeta, nutre, protege, une y enlaza todo el cuerpo. La fasciopraxia tiene en cuenta las propiedades viscoelásticas, bioeléctricas, neurovasculares y bioquímicas de los tejidos y las usa de modo terapéutico y complementario.
La clave de esta terapia manual reside en dar la información necesaria para que el organismo se ponga en funcionamiento y acompañar a los tejidos en su libertad. Responde a uno los principios más puristas de la osteopatía: la autocuración.
Las alteraciones de la homeostasis corporal de tipo químico, estructural o emocional se manifiestan en el sistema músculo-esquelético. El cuerpo es una masa energética y, si alguna zona acumula demasiada o muy poca energía, se producirá una disfunción.
Mediante esta técnica valoramos el reflejo de los brazos gracias a un estímulo al que el cuerpo deberá adaptarse, para determinar si existe una distorsión neurovegetativa.
La sobreexplotación agrícola y ganadera, el consumo de cada vez más alimentos procesados, la polución ambiental, el acelerado ritmo de vida y las propias necesidades individuales provocan que se produzcan deficiencias en el aporte de nutrientes.
El objetivo es ayudar a restaurar el estado óptimo del cuerpo corrigiendo desequilibrios en base a la bioquímica individual mediante sustancias naturales como vitaminas, minerales, aminoácidos o ácidos grasos esenciales.